jueves, 1 de diciembre de 2005

CRUELDAD



Fuiste cruel. No sé si lo pensaste, pero ni ella ni yo teníamos porqué pasar por esto. No somos culpables de tu incapacidad de amar. Es más, tratamos, cada una a su manera de que esto marchara. Pero no anduvo. Fue por vos, por tu individualismo, por tu desamor y tu desapego. Por hacer lo que había que hacer y no lo que querías hacer. Hiciste de nosotras, un par de mujeres infelices. En distintos tiempos y épocas. Pero infelices al fin. Te perpetuaste a través nuestro. Perpetuaste biología, cromosomas y genes, perpetuaste color de pelo, ojos, gestos, imágenes, recuerdos, pero no diste amor. Que era lo que necesitábamos. Lo que siento por vos, raya el odio. Y la verdad, no quiero. No quiero enfermarme por tu culpa. No quiero que mi alma se marchite por tu causa. NO lo merece mi alma ni yo. Lo de ella es otro tema. No sé si todavía te ama. No sé lo que le pasa con vos. Sé que tu indiferencia la mata. Sé que le duele. Se notaba en su voz, en sus gestos. Quise amortiguar su dolor. Creo que fue inútil. No podes negar que ella no te daba lo que querías. No sé si alguien pueda darte lo que buscas. Sé que soy mujer, que no soy hombre, pero me da la sensación de que tengo más huevos que vos. Porque las cosas las enfrento. Para bien o para mal. Prefiero toda la vida ir de frente, que esconderme bajo una careta. Explícame de que está hecho tu mundo...Explícame como logras vivir con tu crueldad y tu insinceridad. Como nos podes hacer tanto mal...a mi con tu recuerdo y a ella con tu presencia. Sé que mentí. Tratando de no herir. Pero no puedo vivir con eso. Tenía la vida tranquila, pero tuviste que salir de las sombras. Y tuve que volver a recordar. Te había exorcizado con mis palabras. Y para ser libre te las envié. Para cerrar el círculo de un pasado condenado al olvido. Para que en mi ahora no existieses más. Y tuviste que dejar que ella las leyera. Eso no te lo puedo perdonar. No puedo perdonar que la hayas herido sin motivo. No puedo perdonar que nos hayas hecho pasar por esto. Quizá quise creer que eras más hombre. Pero veo que no. Me enamoré de una imagen. De lo que necesitaba creer. Y hoy que te veo tal cual sos, me lleno de ira. Y me duele. Y quiero gritarte que maldigo la hora mortal en que te conocí, en que desesperadamente te quise para mí.
Me hiciste infeliz.
La hiciste infeliz.
Nos hiciste infeliz

3 comentarios:

  1. ay clau..
    no sabés cómo leo esto y me siento destinatario.
    Fui malo en una época yo, quizá peor que él.
    Lejos estoy ahora de ese pasado, pero cuando te leo me siento acusadísimo, super culpable.

    Sabé que te entiendo muchísimo porque soy consciende del dolor que causé, y saber eso me cambió para siempre.

    Excelente post. Muy honesto, muy.

    un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Tavo: es fuerte lo que dije??? estoy tan acostumbrada a la frontalidad que a veces no mido lo que digo, y menos si siento dolor al decirlo/escribirlo. Igual, gracias por pasar a verme.

    a.: no se sienta culpable, el pasado ya fue. Ya está. Lo bueno es que aprendió digamos "la lección". Este hombre del que hablo yo, todavía sigue hiriendo. Está cegado por si mismo. Suerte la suya a., que puede ver que no siempre fue bueno. Y que hoy, tiene el alma liberada.Admiro que tenga los huevos para reconocer que fue un hijo de madre dudosa...
    Y le agredezco la visita.

    ResponderEliminar