Trato de distraerme.
En casa está todo mal.
El quería garchar, y yo me hice la boluda.
No tenía pila para ir al choque.
Anoche salí, con la excusa de que por las elecciones y de que mi cumpleaños caiga un lunes, no había otro día para hacerlo.
Tampoco le gustó mucho.
Yo no tenía ganas.
Estoy triste.
Pero bueno.
Mi amiga, me insistió.
Y para salir de estas tiranas ganas de llorar, la acompañé.
Es mi culpa.
No hago las cosas bien.
Creo que si junto coraje.
Mañana mismo, aunque no tenga laburo, ni donde caerme muerta, voy a hablar con él y a decirle, que ya fue.
Me voy a tirar al vacío.
De alguna manera voy a salir.
Y quizá el coraje me salga, de haber encontrado a alguien, y de que ya se haya terminado.
Estoy tan desesperada.
Necesitada de alguien a quien importarle.
Alguien que no tenga miedo de estar conmigo.
Que tenga brazos fuertes para sostenerme, en este momento tan complicado.
Siento culpa. Mucha.
Yo alguna vez estuve enamorada de mi pareja.
Alguna vez lo amé con locura.
Y adonde se fue todo eso?
Me siento cobarde.
El miedo me habla, me aconseja.
Quizá deba remarla un poco más.
Intentar una vez más.
Dejar de pensar que merezco algo mejor.
Pero y cómo hago para querer un beso suyo de nuevo?
Cómo aguantarme las ganas de correr la cara?
Cómo no limpiarme con la mano, la boca cuando me besa?
Cómo remar los silencios?
él no dice nada.
Y si empiezo a hablar se pudre todo.
Y sé que me va a herir.
Sé que va a tirarme con todo lo malo en mí.
Y me da miedo escucharlo
Y quizá por eso me callo.
Y extraño a Franco.
Porque me reía con él, aunque también me dolía.
Aunque sólo era algo virtual y hubiese dado todo
por tener las mil magias que lo hicieran real.
Él no pudo entender tampoco
el sabor a poco que me quedaba aunque estuviera 5 horas hablando con él
Él no pudo entender tampoco
que nunca fue un chongo.
Qué él fue un hombre por el que sentí que
otra vez mi vida florecía.
Él, con sus propios miedos, con sus seguras inseguridades.
Con esas coincidencias en el modo de decir las cosas.
Con la comodidad de su soledad,
Quizá sabiendo, quizá sin querer,
me hizo mirar para atrás.
Mirar la suma de mis errores.
Mirar que por cobarde.
Que por no ponerle un parate a esto,
mentí
y engañé
a quien una vez fue mi amor.
Y me sentí morir.
Y no podía seguir,
tuve que buscar otra vez esa soledad asquerosa
donde poder lamer mis heridas.
Y otra vez quise poder retroceder.
No haber sabido de él.
No haberme enterado de que existía.
Tener que olvidar.
Deber superar, para poder avanzar.
Y mientras me seco las lágrimas.
Mientras hago tiempo, para poder irme a dormir,
entiendo que rompo mi propio corazón.
Mientras lo miro hermoso
en el display roto de mi celular.
Y soy una porquería.
Porque queriendo a uno,
duermo con otro.
Y lo que me mata es saber, que ninguno me quiere a mí.
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