19/08/2011
Mis 200 palabras de cada día. Palabras para decir como me siento. Qué pienso. Qué sueño. Qué odio. Qué amo. Qué quiero. Quiero un corazón de carne. Como el que tenía hace tantos años. Que esta moribundo bajo tantas y tantas capas de vergüenzas acumuladas y errores cometidos. Desangrándose por heridas perdidas en el tiempo. Quiero poder llorar, y no puedo. El odia que llore, vive rodeado de mujeres y no sabe que carajos hacer cuando una llora. Entonces la que llora se tiene que callar solo porque a él le molesta el llanto. Me he endurecido a lado de él. Tanto que a veces pienso en como asesinarlo y tratar de no ir en cana. Y digo de asesinarlo, porque si solo me limitara a dejarlo, le arruinaría la vida a otra mina más, y tendría otro pibe más. Que es para lo que mejor sirve. Esta inmovilidad me mantiene al lado de él. Porque no tengo fuerzas para luchar por mis hijas y por mi sola. Si tuviera un poco más de confianza, creo que ya estaría separada.
30/07/2012
Parece que lo hubiera escrito esta mañana. O hace media hora, mientras mi represa interna se agrieta y se quiebra. Mientras las lágrimas por fin salen. Me mata darme cuenta de que no me ama. De que soy un hábito. O una costumbre. Pero no el amor de su vida. Me pega donde más me duele. Me hace sentir menos de lo que soy. Me siento una cucaracha a su lado. Ya no su mujer. Me desangro en silencio. Sabiendo que nunca nadie me amó con las entrañas como lo hice yo. Que no soy merecedora del puto amor de un hombre bueno y decente. Me siento morir del dolor y de la rabia. Sobra decir tantas cosas. Me banqué las espinas, pero nunca hubieron rosas. Hubo esfuerzo, sacrificio, paciencia. Hubo silencio. Hubo lucha. Pero ya no quiero insistir en la costumbre de un amor remado contra la corriente de su indiferencia. Ya no quiero quererlo. No quiero seguir derrochando caricias en él. No quiero perderme en su corazón desértico. No quiero engañarlo para aliviar mi sed de abrazos y besos. No quiero mentirle y mentirme a mi misma. No puedo disfrazar mi sed de amor de calentura e insatisfacción. Desearía tocar el cielo. Pero mis alas están quebradas. Como mis rodillas. Como mi alma.
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