
Inevitablemente debo hablar de vos, más que de otras cosas, debo recordarte, más que acordarme de otras cosas, debo hablar de vos, por sobre otras cosas, porque en lo profundo de mi genética estás anclado, agarrado a mi adn, resucitando viejos sentimientos dormidos. yo que te quería con esa pasión de adolescente descubriendo hormonas, dedicandote la que fue mi primera carta a un amor de muchos no correspondidos, cambiando la letra de mis apuntes del colegio, para borrar infantilmente lo imborrable, yo que te confesé entre tinta azul y renglones que estaba enamorada de vos, de tus ojos verdes y profundos, de los huesos de tus manos, y de tu forma de sonreír. nunca más me hablaste, solo una vez usaste mi nombre, y me pareció una falacia tu forma de pronunciarlo. Me contaron despúes que rompiste aquella carta, que estabas avergonzado. y bueno... hiciste lo que te salió. seguiste. Yo sigo hoy. alterando mi genoma, para que en el, viva justamente EL, que no tiene tus ojos verdes, ni tus manos, pero que guarda mis cartas desde hace 9 años...
No hay comentarios:
Publicar un comentario