se me ha perdido la inocencia en los recovecos de una vida tormentosa. entre manos que tocaban este cuerpo que no debian, a edades que no eran decentes. siento en la boca sabores de injusticia, de esa injusticia que los jueces no castigan, que es impune y orilla la impotencia. me nacen en la pena las iniquidades de tantos días, esa necesidad de que los parta un rayo, que ni en las mas terribles tormentas ha caído. es como una sequía. como el agujero de ozono que crece y crece, inundandome de rayos ultravioletas que llenan mi celulas epiteliales de úlceras cancerosas, que ya no se disimulan con maquillaje. me brota el cinismo en las oraciones. las palabras violentas hacen caries en mi boca. y el odontologo no me las puede curar. todo por unas manos que movidas por ese instinto malsano y retorcido de la lujuria infanticida, tocaron mis pieles quemandomelas vivas.
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